jueves, 26 de marzo de 2015

El preescolar, la niña de los ojos de la educación nacional



Rafael Lucio Gil, Ph.D.
IDEUCA

En  las últimas décadas los países que han previsto y logrado con mayor audacia y éxito su desarrollo, han priorizado con cierta exquisitez, la educación de la primera infancia. Esta previsión responde a una lógica fundamental de desarrollo humano, más allá del simple desarrollo económico de los países.
Son las personas el principal recurso y riqueza con la que cuentan los países, y a diferencia de lo que se pensaba en etapas históricas anteriores, en las que ni siquiera se preveía la importancia de la educación para la niñez en sus primeros años de vida, en las últimas décadas sabemos que, desarrollar políticas precisas orientadas a ofrecer una educación de gran calidad y sensitividad a este sector, se constituye en la semilla de una mejor sociedad con una ciudadanía más y mejor educada.
Más recientemente las ciencias cognitivas, superando la soledad de cada una trabajando en compartimentos estancos, han dialogado entre sí aportando nuevos conocimientos que permiten comprender mucho más integralmente la dinámica neurológica y cognitiva del desarrollo y el aprendizaje de la niñez en sus primeros seis años de vida.
Estos resultados están iluminando los caminos de la educación y la atención psicológica y pedagógica de la niñez, aun encontrándose en su fase experimental, pero prometiendo un cuerpo de nuevos conocimientos capaces de provocar una auténtica revolución cognitiva, pedagógica y didáctica.
Las investigaciones transversales realizadas en diversos países muestran que niños y niñas que no han recibido educación o aprestamiento en sus primeros cinco años de vida, difícilmente logran éxito en su continuum educativo, fracasando, repitiendo grados y abandonando la escuela. Es en estos años que deben desarrollar la estructura básica neurológica, mediante un apoyo educativo sumamente cuidadoso, con una atención preescolar exquisitamente alumbrada por una pedagogía del cariño y el afecto.
Por tanto, no solo se trata de ampliar y garantizar la atención prenatal e infantil, ni el acceso a los tres años de preescolar, sino que, además, se requiere tomar todas las medidas necesarias que aseguren una atención de calidad integral: cumplimiento de la normativa existente, preparación y actualización docente, aplicación de currículum y metodologías inspirados en la pedagogía del afecto y la ternura, monitoreo y asesoría pedagógica de las direcciones y de las delegaciones municipales y departamentales, preocupación y participación dinámica de padres y madres de familia en la dinámica educativa, ambientes propicios al aprendizaje y atención, entre otros.
Un aspecto esencial que suele pasarse por alto es que, además de poseer el o la docente dominio cognitivo y pedagógico prácticos, requiere gozar de la salud emocional requerida, con dominio efectivo en la gestión de su inteligencia emocional.
Cuando esto no ocurre, el estrés y otros problemas emocionales docentes, fácilmente son transferidos a niños y niñas, creando un clima psicosocial perturbador con temores y miedos, que afectarán profundamente a niños y niñas, desarrollando el síndrome de “incapacidad aprendida”, al anular su autoestima y seguridad.
Los medios de comunicación han referido, recientemente, un caso de maltrato en un preescolar. Todo hace indicar que no es un hecho aislado, sino que representa un comportamiento más habitual de lo que parece en el aparato escolar. El derecho superior del niño y la niña, debe movilizarnos para estar atentos a prever y rechazar todo aquello que amenace este derecho, en los planos físico, psicológico y emocional.
En esta lucha integral por los derechos de la niñez y adolescencia, padres de familia, directores de centros, asesores pedagógicos, autoridades educativas y medios de comunicación no debemos claudicar. A la vez, se requiere liberar estos hechos de motivaciones periodísticas amarillistas que desenfocan los problemas centrales de este derecho, y eliminando cualquier intento que pretenda vender noticias a costa de tales tratamientos contaminadores. Este es ejemplo de lo que pudiera estar ocurriendo en las aulas en este y otros niveles educativos. No perdamos tampoco de vista que hay docentes de niveles superiores que resienten maltrato de sus estudiantes.

Managua 26 Marzo 2015

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