viernes, 20 de marzo de 2015

Algunas urgencias de nuestra educación



El Nuevo Diario

Rafael Lucio Gil IDEUCA | Opinión

La educación es tarea de todos los sectores del país. Padres de familia, empresarios, instituciones públicas y privadas, iglesias, movimientos sociales, organismos de la sociedad civil. Es el Mined el responsable principal en este empeño por mejorar la educación, lo que no será posible sin contar con este respaldo social e institucional.
Son evidentes los esfuerzos que la administración de la educación viene realizando, pero las brechas aún existentes demandan reforzar tales avances con el concurso de amplios sectores de la sociedad. Las brechas son diversas, unas estructurales y otras más de tipo funcional.
En esencia, los esfuerzos que hagamos para que los cambios y transformaciones de educación se concreten es preciso focalizarlos en varios componentes que se deben encontrar y reforzar mutuamente: perfilar integralmente la educación como derecho, la lucha por el logro de la equidad más allá del acceso; pertinencia de los currículos, mejora significativa de la eficiencia interna y externa del sistema, y definición concertada de un modelo de calidad de la educación desde una perspectiva holística y generalizada.
El mundo global y el país avanzan presentándonos cada día nuevos desafíos, requerimientos y posibilidades, que es preciso leer y escuchar con humildad, reflexionándolos críticamente para aprovechar con inteligencia sus oportunidades.
La educación es el ámbito interdisciplinario más propicio y exquisito para realizar un diálogo fecundo y concreto, con mirada de país, entre las disciplinas que aportan a su identidad compleja. En el año 2004, y hasta mediados del 2006, el Foro Nacional de Educación reunión a centenares de personas e instituciones interesadas en formular una propuesta de educación con perspectiva de nación. Lamentablemente, al final del proceso sus propuestas fueron desconocidas por los tomadores de decisiones.
Varias pistas podrían contribuir a lograr transformar la educación, siempre partiendo de lo hecho y de sus aprendizajes. Newton supo reconocer, con mucha clarividencia, que sus aportes se fundaban en los pilares construidos por sus antecesores: "Si he podido ver más alto, es porque estoy subido sobre hombros de gigantes". A esta perspectiva debemos la riqueza del conocimiento patrimonio de la humanidad. La lógica histórica del país parece haber sido la contraria, lo que explica nuestra realidad.
Algunas pistas que demandan prioridad: 1) Concertar una propuesta de modelo educativo, con amplia participación de sectores interesados en la educación y con mirada de país, convirtiendo a la educación en el mejor punto de encuentro de todos. En tanto esto se logre, también los sectores sociales e institucionales se sentirán más responsables. 2) Acompañar este proceso con investigaciones que aborden los problemas fundamentales de la educación en la búsqueda de propuestas certeras. A diferencia de los países que aprecian en profundidad su educación realizando amplios procesos de investigación, nuestra historia abunda en reformas guiadas por intuiciones o intereses.
3) Centrar el interés en el logro efectivo de la educación como un derecho, ampliando el acceso, y fortaleciendo la retención con políticas dirigidas a superar el abandono y la repetición escolar, de forma particular en los tres primeros grados. La equidad necesita ampliarse al proceso educativo mismo, proporcionando oportunidades de aprendizajes de calidad y utilidad práctica. 4) Actualizar los currículos tomando en cuenta el avance exponencial del conocimiento, las urgencias del país y las nuevas sensibilidades educativas que están aflorando. Ello demanda que el Ministerio de Educación restablezca la Dirección de Currículum, con funciones precisas para acompañar la aplicación del los currículos, sistematizando lecciones aprendidas y aportando a la superación de vacíos, grietas y desfiguraciones normales que este sufre derrotero.
Ello demanda, también, que su aplicación práctica exija que el personal docente lo conozca y asuma, y cuente con la formación y actualización científica y pedagógica requeridas, y los medios y equipos didácticos que demanda su aplicación. Atendiendo a la diversidad del país, es importante que este se flexibilice hacia las particularidades de la realidad rural y de cada departamento, requiriendo de diseños curriculares locales que complementen al Currículum Básico Nacional. Ello contribuirá a que los jóvenes conozcan y se identifiquen más con su realidad más cercana.
5) Otro pilar clave es la profesión docente en sus componentes esenciales. Su formación inicial y continua de calidad, el reconocimiento social y salarial que planteara el Plan Nacional de Educación 2001-2015, contar con los medios necesarios para mejorar su desempeño, y los procesos de evaluación que le ayuden a superarse. La oportunidad está a la vista, en tanto la institución quiere propiciar esta transformación.
Transformar las Escuelas Normales en un continuum formativo con las Facultades de Educación fue ya una propuesta construida por la Comisión del Sistema de Formación Docente entre el 2008 y 2009, que pareciera haberse olvidado.
1 de noviembre 2014.

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