viernes, 30 de octubre de 2015

Violencia y Educación: Una contradicción sistémica.

Rafael Lucio Gil *
25 de octubre 2015


Resulta muy fácil y peligroso abordar el tema de la violencia en la educación con perspectiva corta de vista. La educación escolar y extraescolar va de la mano en términos sistémicos, por cuanto la escuela, no sólo tiene una agenda específica, sino que la misma está determinada por la agenda del contexto comunitario próximo y de la sociedad en su conjunto. Es la comunidad y la sociedad que ingresan a la escuela en “la mochila de directores, docentes y estudiantes”, sirviendo de contrapeso al currículum prescrito y fortaleciendo el implícito u oculto.

Debe de ser la educación en esencia un encuentro con los valores y capacidades más profundas y necesarias para una vida en plenitud, sana y con valores humanos en correspondencia con una correcta participación y comportamiento ciudadanos.

Por desgracia, cuando se elabora la transformación curricular, la tecnocracia,auncuando toma en cuenta aportes de la sociedad y sus instituciones en general, crea un documento curricular rector pretendidamente autosuficiente y aislado del currículum no escrito que se desarrolla en el aula, el centro educativo, la familia y la sociedad.

Esta visión internalista del currículum y de la educación, acaba reproduciendo en la escuela la endogamia generadora de los mismos vicios que se desarrollan en la familia y la sociedad. Esto como producto del aislamiento, sin vasos comunicantes entre estos subsistemas, dando como consecuencia un currículum y enseñanza alejados de la dinámica social. Así la sociedad con sus bondades y vicios se hace presente en la escuela con actitudes de funcionarios, docentes y estudiantes, gestado un currículum no escrito que se impregna los aprendizajes del estudiantado, acabando por predominar y acallar los aprendizajes pretendidos por el currículum oficial.

Esta violencia, que pareciera estar encarnada en la historia e identidad nacional, sumada a la violencia simbólica y física que se reproducen cada día en la sociedad, ingresa al centro educativo de mil maneras y rasgos. Por ello, pretender acabar con el acoso o bullying escolar, sin penetrar en estas raíces profundas y en quienes son responsables de generarla en el aula, el centro escolar, la familia, los medios de difusión y otras instancias del propio estado, sería como construir castillos en el aire.

Mal haríamos en pretender eliminar sus consecuencias en la escuela, sin identificar, controlar y tratar de superar los núcleos sistémicos generadores de sus causas. Sería como eliminar las ramas de la planta sin eliminar o cortar sus raíces.

Varios causales de la violencia confluyen y se refuerzan entre sí de forma compleja, pudiendo explicar, en gran medida, que cada vez más algunos estudiantes en los centros educativos se impliquen en eventos de acoso escolar. Por una parte, la violencia vivida en la familia es perniciosa en las consecuencias que genera en estos estudiantes. Si a esta añadimos la violencia simbólica que escuchan y observan en los medios de difusión, el refuerzo es evidente. Más aún, cuando estos estudiantes observan actuaciones policiales y entre grupos por razones diversas, sumado a la violencia simbólica que ejercen con tanta facilidad partidos políticos y líderes gubernamentales, no cabe duda que la mesa está servida para niños y adolescentes.

A ello se suma la violencia pedagógica que frecuentemente se desarrolla en el aula, con maestros que violentan fácilmente, de forma simbólica y en algunos casos físicamente con imposiciones, reproches, calificativos, etc. En consecuencia se percibe un efecto nuevo: son estudiantes los que violentan verbalmente y con amenazas a docentes cuando estos les demandan disciplina, responsabilidad, respeto, etc.

Tomando en cuenta estas manifestaciones sistémicas, no cabe duda que el bullying entre estudiantes no es más que el producto de un conjunto de causales que se entrecruzan y refuerzan, estando presididas por una gestión educativa no participativa sino impositiva, sumado al mal ejemplo de actores educativos que acaban intoxicando las relaciones humanas y el clima psicosocial.

Este aprendizaje estudiantil, callado pero efectivo, no es sino el producto de una acción educativa contradictoria llena de órdenes e imposiciones que violentan la conciencia del alumnado, creando un currículum oculto alternativo al oficial, sumado al efecto de una sociedad que se debate, también, ante actitudes revanchistas en respuesta a su interés por construir ciudadanía con actitudes democráticas guiadas por principios y valores. Necesitamos superar este bullying colectivo que envuelve a la sociedad y sirve de contraejemplo a la educación del país.

*Director del IDEUCA y coordinador del Doctorado en Ciencias Sociales y Humanas.

La formación docente demanda transformaciones profundas



Rafael Lucio Gil * 

La formación docente es clave fundamental de una auténtica transformación de la educación. La tendencia histórica ha sido realizar reformas educativas sin afectar la transformación de la formación docente.

Esta debe ubicarse en el corazón de la transformación educativa necesaria. Mal haríamos al país y a su educación sobrevalorando la realidad educativa. Lo importante es identificar aquellos aspectos que merecen ser transformados y aportar pistas de solución.

Por ello es imprescindible aportar claves que deben caracterizar la transformación de la formación docente. Las mismas son el resultado de sistematizar diferentes experiencias de formación, sumado al aprendizaje construido con las investigaciones realizadas.

Tocaremos algunos puntos claves que deberían acompañar cualquier transformación que se realice al respecto.

Un primer aspecto que da solidez, sentido y relevancia a las propuestas innovadoras de formación docente, es que las mismas posean una fundamentación filosófica clara, con amplio sentido democrático, participativo, de pertinencia y calidad de la educación. En tanto esto se logre, más fácil será que la formación docente sea innovadora y prepare, con sentido de pertinencia y pertenencia, en función de realidad multicultural del país.

Desde perspectivas meramente técnicas y funcionales de transformación, se huye de este marco o sello filosófico, aduciendo que no importa la filosofía sino la práctica. Con ello se esconde una profunda manipulación y utilización del tema para otros fines, quedando la formación presa de intenciones utilitaristas del mercado y/o de enfoques partidarios. En la situación actual, tanto facultades de educación como escuelas normales carecen de este marco filosófico claro y compartido por las partes. Cuando no se cuenta con este referencial, el sentido y significado de la formación pierde direccionalidad y significado.

Otro de sus distintivos será la contextualización que la acompañe. En tanto los maestros se preparan en contacto con el contexto en el que ejercerán su labor, mejor comprenderán sus necesidades y se dispondrán ajustándose con mayor conciencia a esa realidad. Una característica actual de ambos niveles formadores de maestros, es precisamente que no poseen un conocimiento amplio y preciso del contexto en el que desarrollarán su trabajo. Cuando se da este desconocimiento, el compromiso y los aprendizajes no responden a las complejidades de esta realidad, resultando una formación descontextualizada, no situada, sin pertinencia y calidad.

La cultura innovadora de los centros de formación es otro atributo característico de centros de formación docente exitosos. Es común que se invite a los futuros maestros a ser innovadores, mientras el centro de formación está muy alejado de ser innovador, el ambiente es tradicional, llama a la conservación y no a la innovación.

El centro de formación ha de representar un entorno que genere cultura innovadora, de manera que en todas sus instancias, decisiones, métodos de formación y gestión, la innovación esté presente. Cuando esto no se da, el maestro recibe un mensaje simbólico oculto: lo importante será que sepa qué es la innovación, pero sin consecuencias prácticas.

Otra clave de esta transformación es que posean un enfoque de “abajo hacia arriba”. Lo importante no es que el centro reciba orientaciones de qué hacer, dónde y cuándo hacerlo, sino que sea el propio centro el que genere sus propios procesos de cambio, surgidos del debate compartido y no de imposiciones superiores internas o externas.

Las escuelas normales carecen de iniciativa propia, están sujetas a orientaciones externas. Las facultades de educación, si bien gozan de mayor autonomía, esta no abona a la innovación ni a la generación de iniciativas, sus liderazgos dirigenciales están asfixiados en la cotidianeidad sin mirada estratégica, más centrados en “quedar bien” con quienes deberán “asegurar” su continuidad en las siguientes votaciones.

Cuando un centro de formación docente actúa desde estas perspectivas, su currículum oculto incidirá negativamente en la formación generando dependencia y quietismo educativo, en espera que las respuestas vengan de arriba y desde fuera.

Finalmente algunos aspectos importantes a tomar en cuenta para la buena salud de la formación: Es importante que el centro de formación sea una organización inteligente que aprende, se cuestiona reflexionando críticamente su quehacer; la formación en competencias docentes se vuelve imprescindible, en vez de enfocar la formación centrada en contenidos; ha de ser abierta propiciando recursos de formación aprovechando la tecnología; debe tener un enfoque interdisciplinario al centrar su currículum en núcleos problemáticos surgidos del contexto, y no en múltiples disciplinas como en la actualidad, que funcionan como “compartimentos estancos”; esta formación demanda tener en el centro la investigación educativa y la investigación acción, ejes articuladores de todo el proceso de formación; la formación requiere lograr una relación dialéctica entre teoría y práctica, lo que exige contante vinculación de la teoría que aprenden con su enriquecimiento en la práctica docente, proceso que debería abarcar todo el continuum de la formación.

*Director del IDEUCA y coordinador del
Doctorado en Ciencias Sociales y Humanas.
18 octubre 2015

lunes, 21 de septiembre de 2015

Necesitamos un pueblo lector



Rafael Lucio Gil*
20 septiembre 2015

En las últimas décadas, las Cumbres Mundiales de Educación y múltiples iniciativas de reformas educativas de los países más preocupados por su educación, sobresale el interés de priorizar el aprendizaje básico de la lectura y la escritura y la aritmética. De hecho, tanto la Cumbre Mundial de Educación para Todos de Jomtiem (Tailandia, 1990), como su rememoración en Dakar (Senegal, 2000), y el reciente Foro de Incheon, Corea del Sur, reiteran este interés.
El aprendizaje de la lectoescritura y su desarrollo hasta lograr su nivel de madurez en la educación escolar, representa la antesala y condición imprescindible para que la calidad de los aprendizajes logre darse. Cuando este aprendizaje no se logra desde los primeros años de la educación, se hipoteca la calidad de las profesiones y el futuro de la sociedad, su desarrollo humano y económico.
Al pasar revista a los diferentes niveles educativos podemos constatar este drama profundo, al que aún no se le da la importancia debida. Los jóvenes que llaman a las puertas de la universidad, en su mayoría, fracasan en este intento, precisamente porque su condición lectora y escritora es extremadamente deficiente. Ello les impide, no solo leer con la fluidez requerida, sino de manera particular, comprender lo que leen, impidiéndoles resolver exitosamente las cuestiones relativas a la prueba de español, e incluso la de matemáticas.
Lo anterior pone de manifiesto que el proceso de desarrollo de esta habilidad lectoescritora, en el continuum curricular de la educación básica y media, no se está logrando, comprometiendo gravemente un amplio conjunto de competencias de aprendizaje, cuya calidad está en dependencia del logro previo de esta competencia.
Lo grave del caso es que, cuando esta metacompetencia no se logra en los primeros niveles, tampoco se superará en la educación superior, trasladando este déficit al ámbito profesional, con las consecuencias funestas que ello conlleva. En este mismo sentido, la falta de comprensión de lo que leen y escriben, se convierte en el principal obstaculizador de su aprendizaje y de su futuro profesional. Lo más triste, a este respecto, es que la falta de metacomprensión y metaescritura hace que los propios educandos no tengan conciencia de que no están comprendiendo lo que leen y escriben.
Las raíces de este grave problema educativo debemos ubicarlas en la formación que reciben maestros y maestras en su preparación inicial. Efectivamente, la escuela normal tiene la función de preparar a los futuros educadores en los contenidos y competencias científicas de las disciplinas que deben enseñar, y en las capacidades pedagógicas y didácticas que posibiliten esta transferencia. Para ello estudian más de veinte asignaturas, sin intensificar su preparación en lectura y escritura, a sabiendas que la preparación con que ingresan sus aspirantes a la escuela normal es sumamente deficitaria. Basta visitar escuelas, particularmente en el ámbito rural, para darse cuenta de los problemas ortográficos y lectores de maestros y maestras normalistas.
Lo dicho permite entender que los hábitos lectores y de escritura de la ciudadanía en general también sean precarios, lo que tiene sus raíces en los débiles hábitos lectores de maestros y maestras y la forma exponencial con que sus consecuencias funestas se multiplican en la niñez y juventud. Contribuye a reforzar este panorama el encarecimiento de los libros que se venden en las librerías y el poco acceso que tiene a ellos la ciudadanía.
Las alcaldías, por lo general, aún no se están ocupando con la prioridad debida, de promover la cultura y cultivo de la lectura. Otros organismos comunitarios y organizaciones de la sociedad civil también debieran interesarse y promover estos hábitos esenciales para que otros aprendizajes se puedan alcanzar. En tanto, padres y madres de familia tomen conciencia y se comprometan en promover la lectoescritura en casa, estarán sentando bases firmes para el futuro profesional de sus hijos e hijas. En este orden, muchos comunicadores a cargo de diversos programas televisivos y radiales, muestran debilidades notables en sus formas de expresión, que sirven de contraejemplos para la ciudadanía, convirtiéndose en reproductores eficaces de las incorrecciones en el lenguaje.
Ciertamente hay iniciativas encomiables que promueven el interés por la lectura en niños, niñas y jóvenes. Sin embargo, no cuentan con la facilidad para apoyar a los centros educativos públicos.
Un esfuerzo importante de Usaid, en este sentido, es relevante de manera particular por las consultas que viene realizando con actores interesados y especializados de todo el país, con la intención de formular propuesta al Ministerio de Educación, que pudieran contribuir a la toma de decisiones y formulación de políticas educativas en este terreno.
A la par de estas iniciativas de algunos de estos esfuerzos, es preciso lograr que la matriz donde se origina esta problemática pueda ser controlada y superada. Una revisión del currículum de primaria y secundaria posibilitaría incluir o reforzar aspectos que fortalezcan procesos de afianzamiento de competencias de lectoescritura madura. Esto, sin embargo, no tendría mayor sentido si a la par no se lograra consensuar una política específica dirigida a intensificar la preparación inicial y permanente de la competencia lectora y escritora de maestros y maestras de primaria y secundaria.
*Doctorado en Educación y Didáctica de las Ciencias.


miércoles, 2 de septiembre de 2015

Una iniciativa educativa en memoria de Juan B. Arríen



Rafael Lucio Gil   IDEUCA   Educador e Investigador

Nace una iniciativa desde el Instituto de Educación, IDEUCA, y un equipo de personas que comparten el interés de formar el “Movimiento de Reflexión e Innovación Pedagógica Juan B. Arríen”. La misma quiere ser construida de forma compartida con las instituciones públicas y privadas y organismos de la sociedad civil, interesados y comprometidos con la educación del país. Este primero de Septiembre, se celebrará en el Auditorio Xabier Gorostiaga de la UCA, el evento de lanzamiento de la Proclama que presenta la razón de ser y los compromisos de quienes subscriban esta Proclama.
La Proclama se fundamenta en que la educación es factor fundamental para la transformación y el desarrollo integral del ser humano y la sociedad; la educación debe ser de calidad, inclusiva, intercultural y a lo largo de toda la vida; la educación es un derecho humano fundamental, una responsabilidad de todos y todas, que nos compromete.
El artículo 50 de la Constitución de la República enfatiza que las ciudadanas y ciudadanos tenemos derecho de participar en igualdad de condiciones en los asuntos públicos y la gestión estatal; en la formulación, ejecución, evaluación, control y seguimiento de las políticas públicas y sociales; el artículo 114 de la Ley General de Educación establece que todas las organizaciones civiles, instituciones, empresas y la sociedad civil en general tienen el deber y derecho de participar activamente en la planificación, gestión y evaluación del proceso educativo. El Plan Nacional de Desarrollo Humano (PNDH) 2012-2016 también reconoce que se potenciará la participación de la sociedad en el control social a la gestión pública.
Celebraremos el aporte de Juan Bautista Arríen a la educación y la importancia de mantener vivo su pensamiento, obra y acción, como muestra de nuestro agradecimiento y el de la sociedad, que se concreta en nuestro compromiso por la mejora permanente de la educación. Nos dejó su talante de educador ejemplar, pedagogo, filósofo, autor-escritor, deportista; de su pasión por la cultura, la conservación del medio ambiente y la interculturalidad; amigo de verdad, respetuoso de la persona humana, de la labor y potencialidades del magisterio y de la juventud; promotor de la diversidad de ideas y criterios, pero también del diálogo, de la necesidad de construir consensos, de la concertación educativa a partir de las diferencias, de la diversidad; a la vez que que su esperanza infinita por la mejora de la educación, y su labor incansable y permanente para que ésta cumpla su verdadero rol.   
Por ello queremos constituir el Movimiento con el  objetivo general de celebrar, conservar y difundir su memoria, obra y compromiso educativo con Nicaragua y su educación, para estas y las próximas generaciones, encontrándonos desde la diversidad, con riqueza de ideas y experiencias que puedan tener los estudiantes, maestros y maestras, organismos de la sociedad, empresa privada, iglesias e instituciones educativas, para  aportar a las transformaciones educativas con equidad, pertinencia, eficiencia y calidad, tal como Juan Bautista siempre lo quiso y trabajó por ello.
Se trata de crear un espacio con amplia participación de distintos sectores de la sociedad, en particular del sector educativo, para celebrar y potenciar la memoria, obra y acción de Juan Bautista Arríen; fortalecer puntos de concertación y vínculos de cooperación en favor de la educación, entre instituciones estatales y privadas, maestros y maestras y organismos de la sociedad, empresas e iglesias, así como promover la integración de maestros y maestras en núcleos de reflexión-acción en sus centros en torno  a esta iniciativa.
Este movimiento no pretende sustituir el rol y la responsabilidad de instituciones públicas y privadas según reza en la Constitución y Leyes de la República, ni sustituir la misión y propósitos de las organizaciones de la sociedad, empresa privada e iglesias que trabajan por la mejora de la educación. El movimiento es un espacio amplio de participación para la reflexión y propuesta, sin distinción alguna y ni exclusión de ningún tipo, desde la diversidad que nos debe caracterizar, para continuar su ideal y nuestro compromiso de aportar al mejoramiento de la educación nacional.  
Múltiples y diversas podrán ser las acciones de formación, capacitación, debates e intercambios de ideas y experiencias educativas que desarrollaremos en el marco de este movimiento. Estas serán parte de los compromisos que asumirán quienes se comprometan con esta iniciativa a todos los niveles y en toda la geografía del país.

1 de septiembre 2015