Rafael
Lucio Gil *
- 02 Agosto 2016 |
La lógica
del discurso de la Formación Técnica se viene apagando en el país,
paradójicamente, cuando el desafío del desarrollo urge cada día más. Este
silencio oficial y social, es altamente preocupante. Pensar en grande el
desarrollo no será sino un engaño, mientras siga silenciada y tratada como
“hija pobre”, la educación técnica.
Padres y
madres de familia, adolescentes y jóvenes, continúan reafirmando en este tema,
una representación social, mental y cultural muy resistente al cambio. Pareciera
que el único camino y estatus se ubica en la educación superior, sin
preguntarse por el ámbito ocupacional y el desarrollo necesario de la
empleabilidad. Los medios de comunicación refuerzan esta cultura, y obvian
publicitar la formación técnica. Todo hace pensar que la educación técnica no
es parte de la agenda nacional.
La
experiencia de muchos países que han avanzado significativamente en su
desarrollo, resalta la opción de la formación técnico profesional, como su
principal fuente de recursos humanos altamente preparados y estrechamente
vinculados a las demandas del empleo. Su desarrollo en competencias
humanísticas y técnicas, abona a su empleabilidad y éxito. Adicionalmente, la
construcción de vasos comunicantes y pasarelas curriculares entre esta
formación y la educación superior, la hace aún más atractiva.
Nicaragua,
en los últimos treinta años, ha realizado algunos esfuerzos con resultado
sumamente endebles. La disputa de sentidos y significados ocurridos, han
postrado avances posibles; la carencia de una Ley actualizada y pertinente y
un Presupuesto apropiado impiden avanzar. Los recursos y asesoría de
países amigos, en décadas, han creado mayor confusión, abundando en modelos
curriculares diversos no contextualizados. Empresas e instituciones estatales,
en contraste, formulan demandas más pertinentes que no obtienen las respuestas
requeridas. La globalización, por su parte, demanda al país exigencias a las
que la débil preparación técnica no puede responder.
Esta baja
calidad de la formación técnica depende de un profesorado empírico (el país no
cuenta con ninguna institución especializada en formar docentes para esta
modalidad). La preparación es meramente instrumental, sin desarrollo de
capacidades culturales, humanas y técnicas actualizadas. La capacitación
demandada por empresarios, escapa a la formación integral, sin posibilidades de
manejar la tecnología más moderna.
Algunos
programas como el de Aprendo y Emprendo (Usaid), focalizado en la Costa
Atlántica, sale al paso de este gran vacío, en el ámbito privado, como una
experiencia innovadora. Por otra parte las Cumbres Mundiales brindan lecciones
relevantes, como fruto del camino ya recorrido por otros países, que aportan
luces de interés. Todo hace pensar que el país necesita concertar una agenda
nacional, con amplia participación social, institucional y empresarial, en
favor de un programa de formación técnica sólido, bien articulado, y que
abarque el universo educativo del país, con los recursos financieros
necesarios, y currículos y metodologías de enseñanza aprendizaje de calidad.
En 1987
la Unesco celebró en Berlín, Alemania, el primer Congreso Internacional sobre
Formación Técnica y Profesional, con el objetivo de consolidar el desarrollo y
la mejora de la enseñanza técnica y profesional en los Estados Miembros. En
noviembre de 1989, se reúne en París la Conferencia General de la Unesco
Convención sobre la Enseñanza Técnica y Profesional. “Reconociendo que la
enseñanza técnica y profesional responde al objetivo mundial del desarrollo de
los individuos y las sociedades”. Así mismo que,” los Estados partes convienen
en formular políticas, definir estrategias y poner en práctica, en función de
sus necesidades y recursos, programas y planes de estudios de enseñanza técnica
y profesional destinados a los jóvenes y a los adultos, en el marco de sus
respectivos sistemas educativos, a fin de que puedan adquirir los conocimientos
prácticos indispensables para el desarrollo económico y social y para la
realización personal y cultural de cada individuo en la sociedad”.
En el mes
de abril de 1999 se celebró en Seúl, el Segundo Congreso Internacional,
insistiendo de nuevo en los mismos tópicos. Del 1 al 4 de diciembre del 2009 se
celebra en Belem, Brasil, el CONFITEA VI con el lema: “Vivir y aprender
para un futuro viable: El poder del aprendizaje de adultos”, promoviendo el
derecho al trabajo y a esta formación relacionada con el trabajo.
Por
último, la XVIII Conferencia Iberoamericana de Educación celebrada en El
Salvador el día 19 de mayo de 2008, concentra su interés en la urgente
necesidad de ofrecer a los jóvenes y personas adultas, la formación profesional
que les facilite el acceso al mercado laboral, con énfasis en el
autoempleo.
Los
referentes están claros. El tema demanda una cultura diferente y decisiones
valientes, coherentes y responsables. El país lo necesita y toda la ciudadanía
lo merece.
* Ideuca.
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