Rafael Lucio Gil/Ideuca
26-04-2015
En un artículo precedente analizábamos cuáles habían sido los avances
en cuanto a las puntuaciones obtenidas para Nicaragua, a la par que se
comparaban tales resultados con los de otros países. En este artículo
fijamos la atención en los niveles de desempeño estudiantil. Los datos
ofrecen el porcentaje de estudiantes que se ubicaron en cada nivel
(debajo del Nivel I, estudiantes que no lograron ni siquiera lo básico;
Nivel I, elemental-básico; Nivel II, regular; Nivel III, bien, y Nivel
IV, muy bien).
Como podremos ver, si en el anterior se resaltaban los avances con
respecto al evento anterior (Serce), ahora se trata de examinar la
ubicación porcentual de estudiantes según sus niveles de desempeño.
De esta forma, el desempeño en Lectura en el Terce para el tercer
grado es el siguiente: por debajo del I Nivel, un 5.58%; en el Nivel I
el 33.26%; en el Nivel II, el 45.85%; en el Nivel III, un 14.05%, y en
Nivel IV, el 1.25%. Podemos ver que más del 84% califican como
regular-elemental no logran las competencias. Los países que sobresalen
con porcentajes elevados en Nivel IV son Chile (17.33%) y le sigue Costa
Rica con 7.14%.
Al examinar el desempeño en Lectura en sexto grado de primaria,
tenemos un 0.57% que no llega al Nivel I; un 23.45% que se ubica en el
Nivel I(elemental-básico); un 45.29% ubicados en el Nivel II, el 24.89
en el Nivel III y un 5.80% en el nivel IV.
Similar al caso del Tercer Grado, se ubican casi el 70% de los
estudiantes en niveles regular, básico-elemental y menor que este. Los
países con mayores porcentajes en el Nivel IV son Chile (35.27), Costa
Rica (26.08), Brasil (21.28%) y Colombia (20.63%).
Los datos en la prueba de Matemáticas para tercer grado se comportan
de esta forma. Por debajo del Nivel I un 7.19%; en el Nivel I el 49.26%;
en el Nivel II el 31.31%; en el Nivel III el 9.01% y en el Nivel IV el
3.23%. Puede verse que más del 81% se encuentra en los niveles más bajos
(debajo del N. I, en el N. I, y en N. II).
Por su parte, en la prueba de Matemáticas de sexto grado los datos se
comportan así. Por debajo del Nivel I, 1.61%; en el Nivel I el 22.40%;
en el Nivel II el 55.64%; en el Nivel III un 18.56%; y en el Nivel IV el
1.89%. Los países que sobresalen por tener más alto el Nivel IV son
Chile (29.69%), Uruguay (27.50%), Perú (16.44%); y Argentina (14.00%).
Por último, en Ciencias Naturales de sexto grado, el 7.85% de
participantes está por debajo del Nivel I; un 43.52% están apenas en el
Nivel I; el 40.48% en el Nivel II, el 7.53% en el Nivel III, y el 0.63%
en el Nivel IV. Podemos apreciar que más del 91% residen en los niveles
más bajos. Los países que más sobresalen en este máximo nivel son: Chile
con 6.72%, Costa Rica con 4.28%, y México con 2.54%.
Los resultados deben ser analizados en su justa dimensión, en tanto
una buena cantidad de competencias y capacidades educativas no logran
ser medidas en estas pruebas. Sin embargo, sus resultados nos
proporcionan un punto referencial importante, del que toda la sociedad y
sus instituciones educativas deben ser conocedoras, a la vez que
responsabilizarse de manera dinámica en repensar decisiones estratégicas
que posibiliten transformar esta situación gravemente deficitaria.
Si los desafíos que tiene ante sí el país son cada vez más complejos y
exigentes, es preciso concertar un modelo educativo que cuente con
amplia participación de quienes estamos comprometidos con la calidad de
la educación del país, como principal argumento para encontrar una
salida responsable y efectiva a las transformaciones sociales y
económicas que el país demanda.
Los excesivamente bajos niveles de desempeño que presentan estos
resultados de la educación primaria, de manera particular en el
aprendizaje de la Lecto-escritura, Matemáticas y Ciencias Naturales,
deben de llamar la atención de toda la sociedad y particularmente del
Ministerio de Educación, para emprender un plan especial como país, de
mejora en la calidad de maestros y maestras de este nivel.
Es evidente que estos resultados reflejan las inconsistencias que
presenta la preparación inicial y permanente de los docentes. Ojalá que
el Mined, de manera especial, acepte que cualquier cambio en la
educación, no es posible en solitario, sin un concurso amplio de las
instituciones públicas, privadas y la ciudadanía en general,
particularmente, los padres y madres de familia. La historia y las
ciencias de la educación así lo demuestran.
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