jueves, 24 de abril de 2014

Transformar la Educación para lograr el Desarrollo Humano






Rafael Lucio Gil  IDEUCA

Cada día que pasa resulta más obvio responder con responsabilidad a la cuestión que planteara al país el P. Xabier Gorostiaga, S.J. ¿qué educación, para qué modelo de desarrollo?

El crecimiento económico mundial se ha incrementado en los últimos años de forma exponencial, el avance técnico se difunde a la velocidad de la luz, la información se transmite sin barreras temporales ni espaciales; los estilos de consumo se han transformado, prometiendo mejorar notablemente el bienestar humano mediante la modernización de la economía. Sin embargo, este modelo de crecimiento ha puesto al desnudo sus entrañas profundamente injustas e irresponsables, con amplias brechas de deshonestidad e inequidad. Su estructura de “copa de champán” permite apreciar  que, el 75% de la población del mundo ubicada en los países en desarrollo, sólo cuente con el 16% de la riqueza mundial. Se han abierto mayores brechas en la distribución de riqueza entre los países más ricos y los más pobres. Los daños causados por este modelo de progreso en el mundo, particularmente en Latinoamérica, son muchos: contaminación del medio ambiente, agotamiento de recursos, incremento del desempleo, delincuencia, graves desequilibrios de género, mayor violencia, corrupción, drogas, etc.

En este contexto, Nicaragua tiene el gran desafío de reconstruir y reconducir al país, sirviendo la Educación de factor clave y decisivo para asegurar un desarrollo con equidad. Con esta tónica, las últimas décadas han aportado documentos construidos con algún consenso social, como el Plan Nacional de Educación 2001-2015, el Foro Nacional de Educación (2004-2016); y más recientemente, el Plan Nacional de Desarrollo Humano y el Plan Estratégico del Ministerio de Educación. Todos ellos ofrecen sustento apropiado para transformar el modelo educativo actual, con sentido de nación, en la perspectiva de un Desarrollo Humano Sostenido y con participación dinámica de amplios sectores de la sociedad civil e instituciones públicas y privadas.  El Informe de la Comisión DELORS (UNESCO), nos previene cuando afirma que " no se puede concebir la educación como motor de un desarrollo verdaderamente justo, sin interrogarse, en primer lugar, sobre los medios de contener la deriva acelerada de algunos países arrastrados en una espiral de pauperización."

Con sobrada razón Naciones Unidas amplía el concepto del desarrollo económico, incorporando la dimensión humana, ética, cultural y ecológica. En este sentido, considera el bienestar humano, como la finalidad del desarrollo, añadiendo a los índices económicos, nuevos indicadores de Desarrollo Humano de salud, promedio de vida, alimentación, nutrición, acceso al agua potable, alfabetización, educación, cultura, medio ambiente, igualdad de los grupos sociales y de género. Y todo ello, en perspectiva de sostenibilidad o de largo plazo.

Vistas así las cosas, importa sobremanera que la educación del país sufra profundas transformaciones, formando a la niñez y juventud en la responsabilidad para construir el propio desarrollo y el del país, con una mirada de largo aliento, capacidad crítica para desentrañar y desencadenar el potencial endógeno, y la dosis ética necesaria para construir una sociedad rica en valores, producción material y conocimiento.

Transformar la Educación, tarea de toda la sociedad




                                                   
Rafael Lucio Gil  Ph. D.   
IDEUCA
En las últimas décadas, las Cumbres Mundiales de Educación han reconocido que la transformación de la educación de los países, para ser pertinente con los intereses de la sociedad, debe contar con aportes de todos los sectores sin distingo alguno.
Tal lógica encuentra sus raíces en el derecho natural que tiene todo ciudadano y ciudadana, a recibir una educación gratuita, pertinente, equitativa, eficiente y de calidad.
Ha de ser la educación el punto de encuentro de toda la sociedad, en todos los procesos que ella demanda. Y si bien es cierto que el Estado tiene la obligación de rectorear y garantizar el cumplimiento fiel de este derecho, también lo es que está llamado a convocar a toda la sociedad en la consulta, planificación, organización, realización y evaluación de la educación, de manera particular, en momentos como este ante una transformación educativa. No hacerlo así conlleva a “realizar ciertos cambios, para no cambiar nada”.
Esta participación diversa aportará gran riqueza y originalidad a la educación, legitimando su filosofía, contenidos, métodos y valores. Ello demandará de todas las partes, actitudes positivas que contribuyan a generar confianza e intercambios fructíferos.
En tanto se abran procesos, por parte del Estado, debidamente planificados y organizados, que posibiliten amplios y diversos espacios de reflexión, intercambio y formulación de propuestas, nos enriqueceremos todos: la educación podrá identificarse y situarse mucho más en los contextos complejos y difíciles en que se mueve la población, especialmente los más pobres; los funcionarios del Estado recibirán una corriente sinérgica purificadora y muy saludable, presidida por demandas oportunas y urgentes, siendo alentados a fortalecer ampliamente su compromiso, flexibilidad, responsabilidad y mirada de largo aliento en el cumplimiento pertinente de este derecho; y la sociedad (padres de familia, instituciones públicas y privadas, organizaciones y movimientos sociales) saldrá fortalecida de esta reflexión y aportes, comprometiéndose con una educación, en la que se sienta sujeto principal y no un mero objeto destinatario.
Las actitudes de la sociedad civil, en su variedad de formatos, deberán superar la protesta para avanzar a formular propuestas, aportando argumentos que contribuyan a una sana, integral y sistémica educación para todos y todas;  crearán un clima de sinceridad y confianza, motivados únicamente por el bien del país y de su educación, más allá de los intereses político partidarios de cada quien. Han sido estos intereses partidarios, los que han  venido interponiéndose, impidiendo una transformación educativa comprometida con la calidad.
Los docentes tienen muchísimo que aportar, son los primeros que sienten en carne propia las debilidades de la educación y tienen derecho a decir su palabra. Los padres y madres de familia, en tanto se les ayude a reflexionar críticamente sobre su rol de educadores y el impacto que deben tener en la educación de sus hijos, con mirada de desarrollo humano, se constituirán en los principales demandantes y aportantes de una educación pertinente que ofrezca resultados efectivos para que sus hijos e hijas se inserten laboralmente y puedan continuar formándose.

Aprender con calidad es construir significados




Por Rafael Lucio Gil * | Opinión
La preocupación más reiterada de la sociedad es la urgencia de mejorar la calidad educativa. Esta calidad, definitiva, deberá expresarse en aprendizajes construidos con significado.

El modelo psicopedagógico conductista ha sido superado por el modelo cognitivista en el plano teórico, pero resiste a morir en la práctica, por su arraigo y resistencia al cambio. Es clara la contradicción existente entre el currículum prescrito y la práctica del aula.

Hablar de calidad es lograr aprendizajes de calidad, construidos con significado y comprensión. El constructivismo, retomando la psicología cognitivista y las ciencias neurológicas, es el modelo pedagógico que mejor explica los procesos mentales para aprender comprendiendo con significado.

Desde esta perspectiva, quien aprende se enfrenta activa y selectivamente al objeto de conocimiento; requiere de actividad mental intensa, no de simple receptividad. Tal actividad demanda que el sujeto seleccione qué aprenderá.

El proceso de aprendizaje y sus resultados dependerán de los conocimientos, concepciones y experiencias previas de quien aprende, y de que sean tomados en cuenta por quien enseña. Ello explica que el maestro deba conocer las ideas previas, lógicas, prejuicios, mitos, intereses y motivaciones del estudiante, puntos de partida para enseñar y aprender. No hacerlo, deteriorará profundamente el aprendizaje.

Los aprendizajes serán significativos, si quien aprende estructura y organiza el nuevo conocimiento de acuerdo a sus saberes previos –condición necesaria para construir conocimientos–. Por ello, lograr conectar con estas lógicas previas, por lo general alejadas del saber científico, será clave para motivar a nuevos aprendizajes. Estas lógicas previas son profundamente resistentes a la enseñanza, lo que explica que, gran parte de lo que se enseña, sea almacenado en la memoria de corto plazo, sin comprensión ni significado, olvidándose fácilmente. El desafío es aún mayor: tales lógicas no científicas servirán de filtro, al punto que quien aprende decide qué aceptará o rechazará.

En este complejo trayecto del aprendizaje, el sujeto construye progresivamente nuevas estructuras mentales de mayor complejidad y nivel superior, siempre partiendo de las estructuras anteriores menos desarrolladas. Estos modelos teóricos que construye quien aprende para comprender la realidad, los irá ampliando y complejizando más; en tanto el docente se apoye en procesos didácticos que reten al estudiante a formular y contrastar hipótesis, tal como los científicos construyen conocimientos.

Estos modelos construidos, desarrollan nuevas estructuras mentales, en la medida que constatan insuficiencias en las estructuras anteriores. Los mismos serán rechazados, si identifican deficiencias explicativas en determinados fenómenos. Tales modelos mejoran los anteriores, pero sin rechazarlos completamente.

Vemos que aprender, es el resultado de gran actividad cognitiva que realiza quien aprende. A su vez, quien aprende y es constructor de su aprendizaje estará condicionado por variables internas y externas. Así, el clima de receptividad y afectividad que exista, y el grado de importancia y utilidad que perciba, serán los mejores facilitadores u obstaculizadores de este aprendizaje significativo.

Nuestra educación requiere dar saltos considerables en su calidad, que deberán expresarse en aprendizajes construidos con significado, comprensión y utilidad. La gran apuesta del desarrollo del país.
4 de abril de 2014